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lunes, 16 de enero de 2017
martes, 10 de enero de 2017
El señor de los Anillos
Desde mi humilde opinión voy a afrontar un artículo sobre esta maravillosa obra de la literatura universal. La trilogía la he leído varias veces, así como el Hobbit y el Silmarillion que, no se por qué, no he terminado en el par de ocasiones que lo he afrontado. Soy un fan incondicional del universo Tolkien, aunque, sin lugar a dudas, no soy el más acérrimo, creo que no lo soy de nada. El Silmarillion es la biblia, por así decir, de este universo. El hobbit es el comienzo de la aventura para los hobbits. Después encontramos La comunidad del anillo, Las dos torres y el retorno del Rey. Hay más libros, más cuentos, como Los Hijos de Hurin, publicado hace poco con los escritos encontrados por los hijos de Tolkien.
Para
comenzar he de enumerar los alicientes que ofrece esta joya literaria. Supone
la inmersión en un universo nuevo. Dicho universo es el origen de todas o casi
todas las demás historias de las que has oído hablar en otros libros,
películas, series o comics. De Tolkien partieron muchos mitos y leyendas de
elfos, enanos, orcos y demás razas de fantasía. Leerlo es como ir a la fuente
de tanta inspiración. Leerlo es conocer a personajes entrañables y mágicos que
se mueven en un mundo muchos más duro que el nuestro, y no se quejan tanto. Pero además es una aventura constante que cambia a cada momento de paisajes y protagonistas. Con esta lectura no te aburrirás y aprenderás un vocabulario que en muchos términos se ha extinguido.
Hay otro motivo que es importante para muchos neófitos. Sin duda ahora tenemos las películas para apoyar la imaginación. Cuando yo lo leí por primera vez los personajes eran más abstractos. Ahora puedes ver a Aragorn, hijo de Arathorn, como Viggo Mortensen, por ejemplo. Eso ayuda y acerca un poco más a los personajes, de forma que los sientes ciertos.
Por supuesto no hemos de olvidar los motivos por los que da pereza empezar a leer esta trilogía. El principal, si eres un lector neófito, es el número de páginas. Es un tocho que da miedo o te hace dudar. Yo lo he sentido igual con los pilares de la tierra, asignatura pendiente en mi estantería. Sin embargo os animo a empezar por el Hobbit, más llevadero y antesala de los sucesos que acontecerán en la trilogía.
El
motivo principal de que la trilogía sea tan extensa en páginas es su propia
grandeza. De no extenderse no podrías experimentar ese mundo en toda su dimensión.
Conocer el camino de una aventura por una tierra desconocida necesita esas
descripciones. No puedes decir que van por un bosque y ya. No puedes decir que
este personaje era alto, gordo, feo o bajito. Así pues, no puedes pedirle a una
historia que sea más corta, ni a una escritor que sea más parco en palabras. La imaginación del autor necesita contarte lo que está viendo, o de lo contrario no valorarás la trama.
Tolkien
tardó años en escribir todo lo que escribió y seguramente no estaba conforme
con el resultado. Era un perfeccionista,
he leído por ahí, y siempre buscaba más profundidad en cada descripción, más
detalle en cada escenario.
Para
mí, como crítico no demasiado crítico, diré que es una obra maestra, aún a
riesgo de repetirme. Cuando una novela consigue hacer que quieras a sus
personajes, que sufras con ellos o consigue meterte dentro de la trama como si
fueras uno más de la compañía, entonces no hay duda. Las innumerables lecciones
de vida son otro aliciente. Las frases de los personajes te hablan
directamente, te invitan a actuar. No basta con leerlo, sientes la necesidad de empujar para ayudar. Solo una gran obra puede conseguir eso.
Reir, llorar, dudar, enfadarte y vibrar está en tu mano, si decides leer lo conseguirás.
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